Las ganancias industriales de China caen 5,5 % en octubre: el mayor retroceso en cinco meses

El retroceso marca el peor desempeño del sector industrial chino desde junio.

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Las utilidades del sector industrial en China registraron en octubre una caída interanual de 5,5 %, revirtiendo —con fuerza— la racha de dos meses de crecimiento con doble dígito. El dato fue reportado este jueves por la Oficina Nacional de Estadísticas de China (ONE).

Esto sin dejar de lado las tensiones comerciales con Estados Unidos aumentaron y el impulso de crecimiento más amplio en la economía flaqueó.

Entre los sectores con una notable tendencia a la baja se encuentran la minería y las actividades auxiliares, cuyas ganancias acumuladas en el año cayeron un 14,8 % interanual después de un aumento del 7,4 % en los primeros nueve meses, mostraron los datos de NBS.

El retroceso marca el peor desempeño del sector industrial chino desde junio, y llega en un contexto en el que empresas manufactureras enfrentan una combinación de débiles pedidos internos, menor demanda global y dificultades en exportaciones.

Este retroceso ocurre después de dos meses seguidos de crecimiento con dobles dígitos: +20,4 % en agosto y +21,6 % en septiembre, lo que había elevado las expectativas de una recuperación sostenida.

En lo que va del año, el resultado acumulado refleja que entre, enero y octubre, las utilidades industriales aumentaron apenas un 1,9 % interanual, una desaceleración notoria respecto al 3,2 % registrado hasta septiembre.

Analistas del sector apuntan a varios factores: desde una “alta base de comparación” por los buenos resultados del año anterior, hasta una caída significativa en sectores claves como la minería, que arrastraron el desempeño general.

China y su bandera
Las ganancias industriales de China caen 5,5 % en octubre: el mayor retroceso en cinco meses. Imagen de David Yu en Pixabay.

Deterioro generalizado: producción, exportaciones y demanda interna

La contracción de las utilidades industriales no llega en aislamiento. Otras señales coinciden en dibujar un panorama preocupante para la economía china:

  • La actividad manufacturera se ha contraído de forma sostenida: el PMI oficial de octubre marcó 49,0, su séptimo mes consecutivo bajo la línea de 50, lo que refleja una contracción en la producción industrial.
  • Las exportaciones han comenzado a afectarse: el descenso de nuevos pedidos al exterior y la competencia de precios han erosionado márgenes, lo que reduce los incentivos de producción.
  • A esto se suma una demanda interna débil: las ventas minoristas, el consumo de bienes durables y la inversión —especialmente en activos fijos e infraestructura— se han contraído, lo que limita la capacidad de las empresas para compensar la caída en exportaciones.

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Este contexto de débiles exportaciones, estancamiento del consumo interno y actividad industrial baja confirma lo que muchos analistas ven como una “reconfiguración estructural forzada”: China intenta pasar de un modelo basado en manufactura y exportaciones, hacia uno sustentado en consumo interno y servicios.

¿Qué sectores y empresas están sufriendo más?

Los datos oficiales revelan que los sectores más afectados fueron la minería y actividades conexas, los cuales registraron un descenso significativo en sus utilidades, contribuyendo de forma decisiva al retroceso general.

Además, existe una brecha clara entre empresas estatales (state-owned enterprises, SOEs) y firmas privadas o extranjeras. Mientras las primeras muestran un crecimiento casi nulo en utilidades —o incluso estancamiento—, las privadas y de capital foráneo registran aumentos modestos, lo que evidencia que la estructura productiva que viene del viejo modelo industrial ya no garantiza los resultados de antes.

Este contraste sugiere que la transición —hacia un capitalismo con más incentivos de mercado y menor dependencia estatal— avanza, pero aún con costos elevados: pérdida de competitividad, sobrecapacidad en ramas antiguas y necesidad urgente de reconversión industrial.

Las próximas semanas y meses serán claves ya que dependerá de si el país logra activar su demanda interna, aplicar estímulos efectivos y dar un giro real hacia una economía más diversificada. Para el mundo, ese tránsito no será neutro —las consecuencias económicas, comerciales y geopolíticas se harán sentir.