El Manchester United ha revelado una reducción del 70 % en sus pérdidas para la temporada 2024/2025, situándolas en 33 millones de libras (38 millones de euros).
Sin embargo, este aparente respiro financiero viene acompañado de una realidad más compleja: la dependencia casi exclusiva de su músculo comercial y de patrocinios para mitigar una crisis económica que, según Bloomberg, asciende a casi 300 millones de libras (345 millones de euros) en pérdidas acumuladas en el último lustro.
Este balance se produce en un contexto de un rendimiento deportivo en picada y una competitividad económica que se desvanece frente a sus principales rivales.
Los ingresos totales del Manchester United alcanzaron los 666,5 millones de libras (769 millones de euros), un aumento que contrasta con la caída de su previsión de ingresos para 2026, que ya ha provocado una caída del 12 % en sus acciones en el mercado estadounidense.
La clave de esta mejora en los ingresos reside en el apartado comercial, que registró un crecimiento interanual del 10 %, alcanzando los 333,3 millones de libras. Los patrocinios aportaron 188,4 millones de libras (217,4 millones de euros), un incremento del 6 %, mientras que la venta de licencias, merchandising y productos oficiales creció un 16 %, llegando a 144,9 millones de libras (167,2 millones de euros).
A pesar de eso, los ingresos por retransmisiones se desplomaron un 22 %, situándose en 172,9 millones de libras (199,5 millones de euros). Esta caída se debe directamente a la decepcionante campaña liguera del equipo y a su ausencia en la Champions League. La no clasificación para torneos europeos en la temporada actual (2025/2026) augura un impacto aún mayor en las cuentas futuras y en el atractivo deportivo y comercial del club.
La paradoja del Manchester United: ingresos récord y declive deportivo
La situación del Manchester United presenta una paradoja: mientras sus ingresos comerciales alcanzan cifras récord y su valor de marca se mantiene fuerte, su rendimiento deportivo se desploma de manera preocupante.
Bajo la dirección del técnico portugués Rúben Amorim, el equipo ha logrado solo ocho victorias y ha cosechado apenas cuatro puntos en cuatro partidos al inicio de la temporada 2025/2026, su peor arranque en 33 años. Además, la reciente derrota ante el modesto Grimsby Town, de cuarta división, ha desatado todas las alarmas en Old Trafford.
Este estancamiento deportivo y financiero contrasta dramáticamente con el crecimiento de sus principales competidores. El Real Madrid lidera la tabla de ingresos en Europa con 1.040 millones de euros, seguido por el Manchester City, su gran rival, con 837,8 millones de euros. El United, que en 2005 era el club con mayores ingresos del continente, ha caído de la élite en ambos frentes.
La inversión en el mercado de fichajes, que ascendió a 250,7 millones de euros en el verano, no ha tenido resultados tangibles, lo que pone en duda la eficacia de la gestión deportiva y la rentabilidad de estas adquisiciones.
Reestructuración y futuro incierto: los planes de los Glazer y Ratcliffe
Frente a este panorama, el Manchester United ha aplicado importantes recortes en materia de costos. El gasto en plantilla, tanto deportiva como no deportiva, se ajustó un 14 % respecto al año anterior, quedando en 313,2 millones de libras (361,3 millones de euros). Esta reducción es resultado de un plan interno de reestructuración que incluyó el despido de 450 empleados, casi un 40% de los 1.140 trabajadores que tenía el club a junio de 2024.
Para la temporada actual, el club proyecta ingresos entre 640 millones y 660 millones de libras (738 millones y 761 millones de euros), con un EBITDA ajustado entre 180 millones y 200 millones de libras (208 millones y 231 millones de euros).
La propiedad de la familia Glazer y del magnate británico Jim Ratcliffe, dueño del grupo petroquímico Ineos, busca estabilizar la situación. A pesar de la crisis, se sigue invirtiendo en infraestructuras, como la remodelación del edificio del primer equipo en Carrington por 50 millones de libras, y se trabaja en los planes para un nuevo estadio en Old Trafford.
Recomendado: Este es el acuerdo de 1.150 millones de euros que reconcilia al Manchester City con la Premier League
Sin embargo, la curiosidad reside en que esta inversión en infraestructura se da en un momento de declive deportivo y financiero, lo que sugiere una apuesta a largo plazo que podría no ser suficiente para revertir la tendencia actual sin un cambio radical en la gestión deportiva.
La afición de Old Trafford, con una asistencia sobresaliente de 1,4 millones de espectadores y una ocupación media del 97 %, demuestra su lealtad, pero la paciencia podría agotarse si los resultados deportivos no mejoran.