En un mensaje publicado en X, el presidente Gustavo Petro expuso su visión sobre la crisis venezolana y defendió, una vez más, que la única salida viable es la política y negociada.
“Por eso me opongo a salidas que no sean dialogadas y que intenten el triunfo de un sector sobre el exterminio del otro”, afirmó el mandatario al relatar gestiones que emprendió meses atrás para facilitar un acuerdo entre el gobierno de Nicolás Maduro, la oposición y Estados Unidos.
El diálogo con Maduro y Biden
Petro aseguró que participó “activamente” en la búsqueda de un diálogo nacional en Venezuela y que incluso ejerció cierta mediación entre Caracas y Washington antes de las elecciones.
Según su relato, en Bogotá se reunieron representantes de Europa, Estados Unidos, Venezuela, Colombia y miembros de la oposición venezolana, con el objetivo de lograr un proceso de desescalamiento político.
La propuesta central —explicó— buscaba el levantamiento progresivo de sanciones a Venezuela, generar condiciones de confianza y avanzar hacia elecciones libres.
Sin embargo, nada de eso ocurrió: no hubo desbloqueo, María Corina Machado no pudo participar, el precio sobre la cabeza de Maduro no se retiró y, en opinión de Petro, las elecciones no fueron libres. “Dije públicamente: no son libres las elecciones bajo un país bloqueado”, recordó.

El presidente reveló que, ante el estancamiento, planteó a Biden, a sectores de la oposición venezolana y al propio Maduro una fórmula inspirada en la historia colombiana: similar al Frente Nacional que puso fin a la violencia bipartidista entre 1948 y 1957.
La propuesta incluía someter el acuerdo a un plebiscito en Venezuela o llevarlo como declaración unilateral de Estado ante las Naciones Unidas.
También se había configurado una comisión latinoamericana de mediación integrada por México, Brasil y Colombia. No obstante, Petro afirmó que el “sectarismo reinante” y el “afán” del gobierno de Joe Biden frustraron la posibilidad de cualquier salida negociada.

El mandatario advirtió que la profundización del bloqueo, el deterioro electoral y la reciente amenaza armada extranjera están llevando la crisis a un punto peligroso. Según dijo, cualquier intento de desmantelar violentamente el Estado venezolano podría desencadenar la expansión de grupos armados en ambas fronteras, similares a los escenarios de Libia o Medio Oriente: estructuras que no buscan el poder nacional, sino el control territorial y de economías ilícitas, incluida la petrolera.
También cuestionó la idea de una intervención “quirúrgica” al estilo de Panamá, recordando que aquella operación dejó miles de muertos y que, hoy, en la frontera colombo-venezolana ya existe un ecosistema armado capaz de fragmentar territorios.
Gobierno de transición para salida de Maduro
Petro insistió en que toda salida que implique la exclusión de un sector de la sociedad venezolana alejará una solución duradera. Sostuvo que solo un gobierno de transición compartido podría convocar una amplia voluntad popular, habilitar un acuerdo nacional y abrir un camino democrático “sin presiones indebidas”.
“Un gobierno de transición compartido para convocar una voluntad popular amplia que decida sobre acuerdos y puede abrir caminos de democracia, sin presiones indebidas”, escribió.
“El desacuerdo, las elecciones enturbiadas, el bloqueo profundizado y ahora la amenaza armada extranjera dan al traste con una solución política”, concluyó el mandatario.
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