El gobierno de Gustavo Petro tiene un plan para que las iglesias paguen impuestos por actividades comerciales, de acuerdo con la nueva reforma tributaria radicada este lunes ante el Congreso.
Según la iniciativa, estas organizaciones y demás confesiones religiosas en Colombia deberán tributar bajo el régimen ordinario del impuesto sobre la renta para los ingresos que generen a través de actividades comerciales.
Así mismo, deja claro que mantendría sus exenciones fiscales para sus actividades estrictamente religiosas.
Así las cosas, deberán separar sus ingresos, costos, gastos y patrimonio por tipo de actividad. Una vez lo haga, deberán aplicar las normas de precios de transferencia y tributar como contribuyentes del régimen ordinario sobre las rentas comerciales.
¿Qué propone exactamente la reforma y cómo afectaría a las iglesias?
Según el borrador presentado al Congreso, las iglesias deberán tributar bajo el régimen ordinario del impuesto sobre la renta por los ingresos derivados de actividades comerciales.
Las actividades estrictamente religiosas —misas, oraciones, culto— mantendrían su exención. Se precisa que las instituciones deberán “separar sus ingresos, costos, gastos y patrimonio por tipo de actividad”, y aplicar las normas tributarias como cualquier otra entidad comercial.
En mayo de 2025, el Gobierno ya había emitido el Decreto 0572, que gravó actividades comerciales como arriendos, colegios, medios de comunicación y cafeterías vinculadas a iglesias, además de imponer retenciones sobre donaciones y ofrendas. Esta medida, criticada por algunos como un exceso regulatorio, fue un paso previo al debate tributario actual.
¿Cuánta plata mueven las iglesias?
Datos de la DIAN revelan que estas entidades registraron ingresos brutos en 2019 y 2020 por $4,7 billones y $4,1 billones, respectivamente.
Así mismo, informaron que su patrimonio bruto en esos años llegó a $13,5 billones y $12,5 billones. Mientras que su patrimonio líquido fue de $12,3 billones y $11,4 billones.