Si el motor de la inversión continúa apagado, el crecimiento económico en Colombia caería al 2 %, según ANIF

Las proyecciones de crecimiento económico de ANIF se ubican en 2,8 % para este año, pero no parecen sostenibles en el mediano plazo, según el centro.

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La economía colombiana, aunque muestra una resiliencia impulsada por el consumo de los hogares, enfrenta una grave advertencia sobre su sostenibilidad a largo plazo, según analistas.

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José Ignacio López, presidente del centro de estudios económicos ANIF, alertó que el actual ritmo de crecimiento, cercano al 3 %, podría ser insostenible, pronosticando tasas del 2 % o incluso inferiores para 2027 y 2028 si no se logra reactivar la inversión. Sin embargo, según Corficolombiana, el PIB potencial (crecimiento de largo plazo) se ubica cerca del 2,5 %, por debajo del 3 % estimado en años anteriores.

López describe la situación actual como un «rompecabezas» donde resulta difícil encajar todas las fichas. Aunque la «sensación es que las cosas van relativamente bien» y la economía no es un argumento electoral fuerte en contra del Gobierno, el gran problema radica en que la velocidad de crecimiento actual no se mantendrá.

El país está experimentando un proceso de reactivación con un crecimiento alto. Las proyecciones de ANIF se ubican en 2,8 % para este año, superando el consenso inicial del mercado. Itaú, por su parte, espera un crecimiento de 2,7 % este año y 2,8 % el próximo. Sin embargo, este crecimiento es alimentado netamente por el consumo.

El gasto de los hogares ha sido descrito por ANIF como el «gran motor de la economía colombiana» y Carolina Monzón, gerente de Investigaciones Económicas del Banco Itaú, coincidió en que la actividad económica ha sorprendido por la resiliencia del consumo.

La demanda interna crece a niveles cercanos al 4 % y el consumo interanual ha aumentado un 25 % respecto al momento previo a la pandemia. Los hogares mantienen buenas dinámicas, y la confianza del consumidor ha corregido al alza, alcanzando los niveles más altos desde 2022; la confianza de comerciantes e industriales también está en terreno positivo.

El consumo ha ganado peso en la economía, reemplazando la inversión, y para 2024 representó el 73 % del PIB, de acuerdo con cifras del DANE. Para los expertos, este rubro solo puede sostener el crecimiento hasta que la oferta colapse.

Crecimiento económico en Colombia visto desde la inversión y el consumo
Gráfico: Valora Analitik.

En contaste, datos del DANE evidencian el deterioro en la inversión. La inyección de capital en activos no financieros duraderos (formación bruta de capital fijo) creció solo 1,7 % en el segundo trimestre de 2025. Aunque la inversión en maquinaria y equipo aumentó 11,6 %, esto contrasta con una caída del 10,6 % en vivienda.

César Pabón, director de Investigaciones Económicas en Corficolombiana, reveló que, si bien es probable que la inversión mantenga una tendencia levemente positiva, no se anticipa un cambio significativo en el corto plazo.

“Actualmente, la inversión se ubica en uno de los niveles más bajos de las últimas décadas. Parte de la mejoría que se espera responde al bajo nivel actual, lo que hace que nuevos avances sean más fáciles de consolidar, pero lejos de ser grandes”, dijo.

Perspectivas en el mediano plazo

La pregunta crucial, según ANIF, es qué tan sostenible es este motor de consumo, y la respuesta es clara: «no va a ser sostenible en un horizonte de dos o tres años».

López advierte que la economía es un «avión que anda con el motor (inversión) apagado». Si el siguiente Gobierno no logra recomponer esta falta de interés por inyectar capital en el país, Colombia corre el riesgo de caer a tasas de crecimiento del 2 % o menos en 2027 y 2028, lejos del 3 %.

La participación de la inversión en el PIB se ha reducido de forma importante desde 2020: de un pico del 24 % en 2007, ha caído al 17 % del PIB para 2024, de acuerdo con el DANE. En consecuencia, las actividades intensivas en capital han visto caer su peso en la economía: la industria pasó del 16 % al 10 % en 20 años, y la construcción, del 7 % al 4 % en poco más de 10 años.

La inversión se mantiene «bastante débil». Los sectores que exhiben la mayor debilidad son la minería y la construcción, lo que está directamente relacionado con la inversión.

Manuel Orozco, analista principal de calificación de S&P para Colombia también mencionó que el país tiene una fuerte dependencia de las importaciones, principalmente de bienes de capital. Según el DANE, con corte al segundo trimestre, las compras externas habrían crecido un 9,7 %, mientras las exportaciones caían el 1,6 %.

Crecimiento económico en Colombia: PIB enfoque gasto
Fuente: DANE.

Los analistas coinciden en que estas dinámicas de consumo son fuertes básicamente por dos factores que son difíciles de sostener en el tiempo.

En primer lugar, los hogares han pasado a destinar el 77 % de su ingreso disponible al consumo, frente al 55 % anterior. Según López, hay un deseo de gastar en servicios o experiencias; por ejemplo, el gasto en entretenimiento se duplicó en Colombia.

En segundo lugar, las transferencias, tanto públicas (subsidios) como privadas (remesas), complementan significativamente el ingreso disponible de los hogares. Por un lado, las remesas están creciendo a tasas de doble dígito, superando el 25 %, y explican más de un punto porcentual del crecimiento del ingreso; por otro, se espera que el ritmo de subsidios públicos se mantenga alto, especialmente en el periodo preelectoral.

A esto se suma que la actividad económica está siendo impulsada por el gasto del gobierno, que representa cerca del 24 % del PIB y se proyecta al 28 % el próximo año, de acuerdo con Monzón.

Otros factores positivos, según la vocera, incluyen el bajo desempleo (en mínimos históricos), un buen desempeño de cosechas (como el café), y buenos resultados en sectores como entretenimiento, servicios sociales y financiero.

La fórmula para corregir el problema

De acuerdo con el director de Investigaciones Económicas en Corficolombiana, retomar una senda sólida de crecimiento requiere tiempo, estabilidad y confianza: “la recuperación de las condiciones macroeconómicas y empresariales no ocurre de manera inmediata”, anotó.

El análisis del experto concluye que los determinantes de la inversión son diversos, pero la confianza es el factor central. “Restablecer la confianza en las finanzas públicas, en los sectores estratégicos —como infraestructura y minero-energético—, y en la seguridad jurídica y física será fundamental para dinamizar nuevamente la inversión privada”, dijo.

La buena noticia, según ANIF, es que Colombia tiene «muchas llaves» para cambiar fácilmente el sentimiento de los empresarios y la inversión.

López atribuye el debilitamiento de la inversión a «muchos errores no forzados por parte del Gobierno» que han disuadido proyectos. Existen dos o tres sectores (infraestructura, construcción, energía) donde «con cambios no son hipercomplejos uno puede cambiar la dirección de la inversión».

Entre los ejemplos de errores que podrían corregirse mencionó haber terminado el programa de Mi Casa Ya, una decisión calificada como «hiperideologizada» cuyas consecuencias sufren los hogares de menores ingresos, y superar la discusión en contra de las Asociaciones Público – Privadas (APP) y los cobros en los peajes.

El presidente de ANIF concluyó que destrabando dos o tres de estos temas en el corto plazo se podrían generar las señales necesarias para reactivar los proyectos de inversión.