A cuatro meses de que termine el 2025, los expertos en moda hacen balance del comportamiento del sector y revelan cuáles son las tendencias que marcan el estilo de los colombianos y cuáles quedaron atrás.
Según cifras del Observatorio Inexmoda, en junio los hogares del país destinaron $2,8 billones a moda, lo que representa un aumento del 13 % frente al mismo mes de 2024. Sin embargo, el primer semestre mostró incrementos moderados, de hecho, en ese mes el gasto en moda registró una caída del 0,8 % frente a mayo de 2025.
Ante este lento crecimiento del sector, identificar qué está en tendencia y qué quedó en el pasado es determinante para que las marcas se alineen y logren terminar el 2025 con números verdes. De acuerdo con Sebastián Echeverri, CEO de Clemont, entre las tendencias que están en auge actualmente se destaca la moda urbana influenciada por el reguetón, siendo Medellín el centro del streetwear en el país.
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Además, la moda marcada por el llamado romance oscuro -una mezcla de aires góticos con siluetas románticas inspiradas en la estética de los 2000- está creciendo en Colombia, marcando la pauta en el cierre del año. Asimismo, el maximalismo gana popularidad entre los consumidores, dejando atrás el minimalismo, pues hoy en día los usuarios buscan prendas que lo ayuden a resaltar y expresar su personalidad.
“La moda colombiana está fuertemente influenciada por el mercado internacional, tomando como referentes las pasarelas, las redes sociales y el retail global. Sin embargo, al ser un país sin estaciones marcadas, las tendencias deben adaptarse a la geografía, la cultura, las raíces y la escena urbana local, lo que permite “aterrizar” la moda global al contexto colombiano”, explica Sebastián Echeverri, CEO de Clemont.
Ejemplo de ello es su reciente colección Il Lato Oscuro, una propuesta que toma como inspiración el llamado ‘romance oscuro’, donde la rebeldía y la estética gótica se mezclan con la sofisticación del barroco. La colección apuesta por siluetas oversize, gráficos potentes y técnicas de intervención como desgastes, pedrería, taches y estampaciones experimentales.
Además, incorpora elementos barrocos al lenguaje del streetwear, logrando una fusión entre la opulencia clásica y la estética urbana contemporánea.
En cuanto a las prendas que ya pasaron de moda, están los skinny jeans tradicionales, que se han ido reinventando, especialmente en versiones pensadas para el público masculino. Además, la estética coquette ha migrado hacia un romance más oscuro, con influencias góticas que incorporan insumos metalizados, desgastes y procesos de lavandería más agresivos.
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En cuanto a los estampados, el clásico print de leopardo está siendo reemplazado por patrones más actuales como el snake (estampado que imita la piel de serpiente) y el cow (patrón inspirado en la piel de vaca), que dominan en este momento. Asimismo, los ultracroptops pierden protagonismo frente a prendas con mayor cobertura, pues se están poniendo en auge piezas a la altura de la cintura o superiores más largos, aunque igualmente ajustados al cuerpo.
En cuanto a sostenibilidad, el directivo de Clemont destaca que lo que está de moda son las fibras naturales y recicladas, el rescate de artesanías, la producción local y procesos que privilegian la responsabilidad ambiental. En contraste, lo que queda pasado de moda está: el poliéster virgen, la moda desechable y la sobreproducción.