El expresidente Álvaro Uribe Vélez anunció que no se acogerá a la figura de la prescripción en el proceso que se le sigue por presunta manipulación de testigos.
En un documento radicado ante el Tribunal Superior de Bogotá y dirigido al magistrado Manuel Antonio Merchán, el exmandatario afirmó que seguirá adelante en busca de una decisión de fondo, pues considera que la condena en su contra es “equivocada e injusta”.
“A pesar de que la ley me ofrece un camino corto y sencillo para salir de este proceso, no puedo aceptarlo. Incluso con el peso de una injusta condena y estando mi libertad en juego, no puedo declinar el camino de la verdad”, señaló.
¿Qué significa una prescripción?
En derecho penal, la prescripción es una figura que pone un límite temporal: después de cierto número de años, el Estado ya no puede juzgar ni sancionar a alguien porque la acción penal “caducó”. Es como un reloj que corre a favor del acusado; si llega a cero, el proceso se termina sin importar si es culpable o inocente.
Al renunciar a ese beneficio, Uribe básicamente está diciendo que no quiere que el caso se cierre por vencimiento de términos y que prefiere que haya una decisión de fondo, que sea absuelto o condenado, pero que no quede la sensación de que se libró por un tecnicismo.
El exmandatario también cuestionó la primera instancia del proceso al considerar que no se valoraron pruebas esenciales. Recordó que se realizaron cerca de 70 audiencias en las que se practicó abundante prueba testimonial y documental: “Estimo, con respeto, que ese derecho a ser oído no fue materialmente respetado. El fallo, aunque extenso, dejó de lado gran parte de los hechos probados en juicio”.
Finalmente, en el escrito dirigido al tribunal, Uribe reiteró que renuncia a cualquier beneficio derivado de la prescripción penal y pidió que se tome una decisión de fondo “conforme a la prueba del juicio, a la ley y a lo que sea justo”.
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