El presidente estadounidense Donald Trump dijo hoy que no aceptará un “mal acuerdo” en las conversaciones comerciales con China a medida que las dos economías más grandes del mundo renuevan su impulso para poner fin a una guerra comercial en aumento.
En declaraciones a la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, el presidente dio un tono optimista sobre llegar a acuerdos con Beijing y otros socios comerciales importantes.
Mientras criticaba a China por lo que llamó “prácticas comerciales desleales”, Trump pareció minimizar la importancia de llegar rápidamente a un acuerdo.
“Ojalá podamos llegar a un acuerdo que sea beneficioso para ambos países. Pero como he dejado muy claro, no aceptaré un mal trato para el pueblo estadounidense “, dijo Trump, lo que provocó que la delegación china no reaccionara.
Los principales índices bursátiles de EE. UU. subieron el martes en medio de un nuevo optimismo sobre el hecho de que EE. UU. y China pongan fin a un conflicto económico que ha llevado a aranceles sobre cientos de miles de millones de dólares en bienes.
El lunes, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, dijo que esperaba que las conversaciones comerciales de alto nivel con Beijing se reanuden en dos semanas.
A medida que crecen los temores sobre la guerra comercial que debilita el crecimiento económico en todo el mundo, Trump ha afirmado repetidamente que no perjudicará a la economía ni a los consumidores de EE. UU. el viernes, insistió en que quería un acuerdo “completo” en lugar de uno parcial. El presidente dijo que no cree que deba alcanzar un acuerdo antes de las elecciones de 2020.
En sus comentarios del martes, Trump argumentó que ha asumido un orden comercial global inclinado que perjudicó a los trabajadores estadounidenses durante décadas. Argumentó que la Organización Mundial del Comercio necesita un “cambio drástico” para contrarrestar las trampas de China y otras naciones.
“Durante años, estos abusos fueron tolerados, ignorados o incluso alentados”, dijo.
En un discurso moderado salpicado de retórica nacionalista y críticas a las organizaciones multilaterales, Trump abordó varios de sus desafíos actuales de política exterior. Puso especial énfasis en Irán, que Estados Unidos y sus aliados han culpado por los ataques a la mayor instalación de procesamiento de petróleo de Arabia Saudita.
Si bien calificó al “régimen represivo” de Irán como una de las “mayores amenazas de seguridad que enfrentan las naciones amantes de la paz en la actualidad”, sostuvo que no quiere un conflicto armado con el estado.
Dijo que el régimen de Irán está “alimentando las trágicas guerras tanto en Siria como en Yemen”. Agregó que el gobierno está “malgastando la riqueza y el futuro de la nación en una búsqueda fanática de armas nucleares y medios para entregarlas”. “Nunca debemos permitir que esto suceda”, dijo.
Trump y el presidente iraní, Hassan Rouhani, han dicho que no se reunirán al margen de la ONU a pesar de estar muy cerca esta semana. Rouhani está programado para dirigirse a la delegación de la ONU el miércoles.
El viernes, la administración Trump sancionó al banco central de Irán en represalia por los ataques. El Pentágono luego anunció un despliegue de las fuerzas estadounidenses en el Medio Oriente.
“El presidente aprobó el despliegue de las fuerzas estadounidenses que serán de naturaleza defensiva y se centrarán principalmente en la defensa aérea y de misiles”, dijo el secretario de Defensa Mark Esper, y agregó que Arabia Saudita solicitó el apoyo. “También trabajaremos para acelerar la entrega de equipos militares al Reino de Arabia Saudita y los EAU para mejorar su capacidad de defenderse”, agregó.
Del mismo modo, Esper reiteró que Estados Unidos no busca un conflicto con Irán y pidió a Teherán que regrese a los canales diplomáticos. También dijo que podría haber despliegues adicionales de EE. UU. si la situación se intensificara.
(Con información de CNBC)
