En un nuevo análisis de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad, por sus siglas en inglés) sobre el comportamiento de la inversión extranjera directa en el mundo, se entregaron las estimaciones para lo que se espera sea el comportamiento del apetito inversionista en el marco de la reactivación luego de un 2020 afectado por el coronavirus.
Para el organismo multilateral, la inversión extranjera directa va a seguir débil en 2021 y de hecho se esperan caídas entre el 5 % y el 10 %. Esto, luego de que el dato se contrajera, según el documento, un 42 % a cierre del 2020 (cerca de US$859.000 millones, luego de un crecimiento de US$1,5 billones en 2019).
Sin embargo, a medida que la actividad económica mundial vaya retomando una suerte de normalidad, el apetito inversionista podría ir mejorando; sin embargo, dice Naciones Unidas, los sectores más tradicionales no van a ver esa llegada de capital: serán los segmentos no tradicionales.
Por lo anterior también se espera que los niveles de prepandemia para la inversión extranjera directa no se vuelvan a ver antes de 2022; entendiendo que las nuevas olas de coronavirus suponen un palo en la rueda para la normalización.
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Mientras la economía mundial retoma el ritmo de productividad antes de la pandemia, serán dos los sectores que apalanquen gran parte de la reactivación en términos de inversión: la tecnología y la salud.
Estos dos segmentos, dice el informe, ganan en atractivo al ser los más importantes para el desarrollo de vacunas y su distribución.
Dice Naciones Unidas que los acuerdos empresariales y las compras y fusiones entre compañías de esos segmentos podrían empezar a verse con mayor regularidad a lo largo de 2021.
Se espera que Europa logre atraer más del 60 % de la inversión extranjera en sectores como el de tecnología y, aunque no se aseguran los mismos números, las economías emergentes van a ver incrementos sustancialmente importantes también en ese segmento.
Finalmente, no se prevé que el aumento de la inversión extranjera directa llegue desde la infraestructura, como tradicionalmente ha ocurrido, por cuenta de que las restricciones a la movilidad afectan su normal funcionamiento.
Además porque, según Naciones Unidas, los gobiernos no van a tener la capacidad de entregar alivios e incentivos para estos proyectos pues la principal necesidad será la de apoyar a hogares y empresas afectadas por la crisis económica.
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