El Índice de Precios Agropecuarios (IPAP) de la Bolsa Mercantil de Colombia (BMC) cerró septiembre de 2025 en 246,9 puntos, con un aumento del 2,8 % frente a agosto.
En su comparación anual, el indicador creció el 8,8 % el mes pasado, lo que significa que acumula un repunte del 9,5 % en lo corrido del año, con un pico significativo a partir de marzo. Así, el IPAP confirma un cambio de tendencia frente a la estabilidad de 2024.
La BMC señaló en su boletín que los incrementos de los últimos tres meses responden a una confluencia de factores: choques internacionales (precios globales de carnes y aceites en alza, granos a la baja) y dinámicas internas (cosechas abundantes de unos productos vs. oferta limitada de otros, costos locales elevados, demanda interna y externa).
A estos elementos se han sumado los efectos de los derrumbes en la vía al Llano, que han interrumpido el flujo normal de mercancías entre los Llanos Orientales y el centro del país, encareciendo los costos logísticos y reduciendo la oferta de ciertos productos perecederos en Bogotá y otras ciudades, lo que ha amplificado las presiones sobre los precios en mercados puntuales.
“Los resultados de septiembre muestran, por un lado, productos que suben de precio y tensionan la industria alimenticia, y por otro, productos con abundante oferta que alivian al consumidor, pero que ponen en riesgo la sostenibilidad de los agricultores”, aseguró el vicepresidente financiero de la Bolsa Mercantil, Juan Camilo Suárez.
Específicamente, el comportamiento del índice estuvo fuertemente concentrado en el ganado bovino, cuya contribución fue de 4,3 puntos porcentuales (pp) en el mes, más de la mitad del incremento total del IPAP.
Según la entidad, factores como mayores costos de transporte por los derrumbes en la vía al Llano, lluvias que redujeron la oferta y una demanda interna sólida presionaron al alza.
“Estos elementos reflejan cómo las condiciones logísticas y climáticas pueden impactar de manera directa la formación de precios en el agro colombiano”, dijo Suárez.
En contraste, la papa disminuyó un punto porcentual como resultado de una sobreoferta histórica tras mayores siembras y cosechas abundantes que llevaron los precios a niveles más bajos frente al inicio del año. Aunque este comportamiento significa un alivio para las familias, plantea retos de rentabilidad para los agricultores, de acuerdo con la BMC.
El vocero destacó que estas dinámicas son cruciales para anticipar cómo se moverán sectores estratégicos como cárnicos y lácteos, y para comprender su impacto en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de alimentos.
Analistas señalan que el fuerte aporte del ganado bovino podría anticipar mayores costos en la cadena de carnes y lácteos, mientras que la caída del maíz y la soya abre espacio para reducciones en los alimentos balanceados.
La BMC concluyó que el comportamiento de los próximos meses será clave para definir si el repunte se consolida en el cierre de 2025 o si responde a un choque coyuntural.
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