La discusión de la reforma tributaria del gobierno colombiano, que podría iniciar las próximas semanas en el Congreso de la República, se enfrenta hoy a dos desafíos: escaso tiempo para lograr su aprobación este año y falta de respaldo político.
Apenas el pasado 31 de octubre, el Legislativo designó el equipo de coordinadores y ponentes encargado de redactar la ponencia para el primer debate en la Cámara de Representantes. Los congresistas tienen un plazo máximo de 15 días calendario para presentar el informe con el que se iniciarán las discusiones y votaciones.
Por lo pronto, la agenda de las comisiones Tercera y Cuarta de Cámara y Senado no incluye el proyecto de ley de financiamiento del Gobierno. Si la ponencia se entrega sobre la fecha máxima, se citaría para la semana del 18 de noviembre.
De ser así, el Congreso solo tendría cinco semanas de sesiones ordinarias hasta el 16 de diciembre para que se lleven a cabo los cuatro debates de una ley como la que modificaría el estatuto tributario o un par de semanas adicionales si se aprueban las sesiones extraordinarias, sin mencionar el tiempo que toma la sanción presidencial.
El proceso podría retomarse a mediados de febrero de 2026 en el segundo periodo de la legislatura que acaba el 20 de julio, pero esto implicaría que entre en vigencia hasta 2027, es decir, este gobierno no vería aumentados sus ingresos por esta vía más allá de los impuestos que se modifican de manera inmediata, como el IVA.
Gobierno dice que le apuesta a la reforma tributaria
La semana pasada, el ministro (e) de Hacienda, Carlos Betancourt, aseguró que no han considerado un plan B en recortes de gasto en caso de que no se apruebe la ley de financiamiento de $16,3 billones, dado que la “apuesta decidida” del Gobierno es lograr aval del Congreso porque estos recursos son cruciales para el cierre de la financiación del presupuesto.
El funcionario dijo que están convencidos de que lograrán los consensos necesarios para tener éxito porque los recursos son necesarios para lograr un ajuste fiscal y mantener la inversión pública, además para cumplir el compromiso de retornar a la senda de la Regla Fiscal.
A lo justo de los tiempos se suma el hecho de que varios partidos y congresistas han expresado su rechazo a un aumento en los impuestos que pagan los colombianos, una posición que además es estratégica a seis meses de las elecciones Legislativas.
Inicialmente, senadores y representantes a la Cámara alertaron por el aumento a impuestos en la gasolina y la cerveza; sin embargo, semanas después de conocerse el articulado el presidente, Gustavo Petro, se echó para atrás en esa intención.
También los expertos han cuestionado que los impuestos sobre los cuales recaería el recaudo esperado terminarían por golpear la inversión, a pesar de que la mayoría de ellos coinciden en que es necesario que el Gobierno logre un ajuste de ingresos vía reforma tributaria para corregir el déficit fiscal, que podría ubicarse alrededor del 7 % este año.
Dado que el Presupuesto para 2026, por $511 billones, depende que se apruebe la reforma tributaria, en caso de no lograrse sería necesario un aplazamiento o recorte de los $16,3 billones que el Gobierno calculó podría recaudar.
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