Oxford Economics proyecta una mejora en las perspectivas económicas de Venezuela, a pesar de la significativa depreciación del bolívar, producto de varios factores clave relacionados con el sector petrolero.
Un informe de la firma de asesoría económica proyecta que el Producto Interno Bruto (PIB) de Venezuela crecerá 6 % este año y 4,2 % en 2026; ambos indicadores fueron ajustados al alza en 11 puntos porcentuales y 7,5 pp, respectivamente.

Esta mejora se atribuye al hecho de que el gobierno de EE. UU. revirtió su decisión de finalizar la licencia petrolera de Chevron. Al mismo tiempo, la producción de petróleo continúa ascendiendo, superando el millón de barriles por día (b/d). Adicionalmente, Venezuela aseguró nuevos suministros de diluyentes químicos desde Rusia.
La aprobación estadounidense del campo de gas Dragón de Shell también contribuirá a la actividad económica, según Oxford Economics. Y aunque las licencias de la mayoría de las empresas occidentales (aparte de Chevron) siguen revocadas, se espera que compañías de otras partes del mundo ocupen esos espacios, ya que la presión de EE. UU. sobre la comunidad internacional ha sido más débil de lo esperado.
No obstante, la economía se enfrenta a una crisis monetaria y de inflación.
El gobierno venezolano puso fin a la estabilización del bolívar en octubre de 2024 en un intento de reducir la amplia brecha con la tasa paralela. Desde entonces, la moneda se ha depreciado en más del 500 %, alcanzando los 233 bolívares por dólar estadounidense a la tasa oficial.

Oxford Economics estima que la inflación subirá al 483 % interanual solo en noviembre de 2025. Y si el gobierno no detiene la caída del bolívar, la inflación anual podría alcanzar un pico cercano al 600 % interanual durante el primer trimestre de 2026.
La firma señaló además que el monitoreo de la economía se ha vuelto más difícil debido a las restricciones impuestas por el gobierno a los proveedores de datos privados en los últimos meses.
Por otra parte, advirtió que, a pesar de las proyecciones de crecimiento a corto plazo, el riesgo económico sigue siendo crítico.
Venezuela mantiene una puntuación de riesgo general de 8,9/10, siendo la segunda más alta en la muestra de 164 países analizados. Los riesgos de demanda de mercado y costo de mercado se sitúan en 10/10, la puntuación más alta posible.

La economía venezolana sufrió una de las peores depresiones registradas entre 2013 y 2020, con una caída del PIB de aproximadamente el 80 %. El pronóstico a largo plazo sigue siendo sombrío, pues Oxford Economics prevé que para 2050 la economía solo recuperará alrededor de la mitad de esa pérdida del PIB real.
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