La Superintendencia de Sociedades abrió una actuación administrativa para someter al Deportivo Pereira al grado de supervisión denominado “control”, la medida más estricta prevista en la Ley 222 de 1995. La entidad indicó que encontró una “situación crítica de orden económico, contable y jurídico”, lo que obliga a una vigilancia preventiva sobre las operaciones del club.
El “control” no implica toma de posesión ni administración directa por parte del Estado. La sociedad mantiene su autonomía jurídica y operativa, aunque bajo limitaciones específicas orientadas a la protección de la empresa y sus acreedores.
La medida tampoco afecta los derechos de propiedad de los accionistas, ya que recae exclusivamente sobre la persona jurídica.
Deportivo Pereira, campeón del fútbol colombiano en 2022, emplea a decenas de trabajadores directos y sostiene una cadena de proveedores que depende de su operación.

El superintendente Billy Escobar Pérez afirmó que la entidad debe actuar “ante posibles riesgos que afectan el interés general” y recordó que preservar a las empresas implica proteger empleo, inversión y continuidad operativa. El club deberá suministrar información financiera, adoptar planes de mejora y seguir directrices de supervisión durante todo el proceso.
¿Qué implica el grado de “control” en términos empresariales?
El “control” es el nivel más alto de supervisión societaria en Colombia. Se aplica cuando una empresa enfrenta riesgos que pueden comprometer su estabilidad o el interés general. Obliga a reportes más frecuentes, revisión de prácticas contables y autorización previa para decisiones que puedan generar mayor exposición financiera.
En el sector deportivo, ya se han registrado procesos similares. Equipos como Cúcuta Deportivo y Real Cartagena atravesaron medidas de vigilancia y control en años recientes por incumplimientos financieros. Sin embargo, cada caso avanza bajo condiciones particulares y no todas las entidades bajo control terminan en liquidación o reorganización.

En el fútbol colombiano, los clubes bajo supervisión suelen enfrentar presiones relacionadas con deudas operativas, obligaciones laborales o compromisos tributarios. En casos recientes dentro del país, las principales alertas han surgido por retrasos en pagos a proveedores, inconsistencias contables o dificultades para cumplir con la normatividad societaria.
La decisión sobre el Deportivo Pereira indica que la Superintendencia detectó señales de riesgo que requieren intervención temprana para evitar un deterioro mayor en su funcionamiento empresarial.
Recomendado: Se agudiza situación del Deportivo Pereira: Acolfutpro pide intervención de SuperSociedades
La Superintendencia acompañará el proceso mientras el club ajusta su situación jurídica y económica, en un caso que seguirá siendo clave para el mapa empresarial del fútbol colombiano.




