En un contexto en el que Colombia atraviesa un déficit de gas y avanza a una política energética que depende cada vez más de las importaciones, organizaciones como Gas País señalaron que el gas licuado de petróleo (GLP) puede ser una alternativa para suplir la demanda de los servicios que presta el gas natural.
Patricio Mura, gerente general de la compañía, explicó que entre finales de 2025 y de 2026 el GLP podría cubrir una parte del consumo en Colombia. Según la organización, este energético también podría posicionarse en el mercado mientras entra en operación el proyecto Sirius, el yacimiento costa afuera en el mar Caribe que, para 2030, aportaría cerca de 50 % de la demanda de gas del país.
Mura añadió que, ante el panorama actual, el GLP toma ventaja por varias razones. Empresas como Ecopetrol y el Grupo Energía Bogotá (GEB) impulsan tres proyectos de regasificación ubicados en Ballena (La Guajira), Coveñas (Sucre) y Buenaventura (Valle del Cauca). De entrar en operación, estos proyectos presionarían al alza los precios del gas, favoreciendo la demanda del GLP. Incluso en un escenario en el que las tres regasificadoras no se concreten, señaló que el déficit de suministro seguiría generando espacio para que el GLP cubra parte de la demanda.
La organización recalcó que, aun cuando Sirius entre en operación y el gas natural colombiano recupere participación, el GLP, que proviene de los mismos yacimientos de gas, seguirá siendo una fuente complementaria para el sistema energético. Actualmente, 60 % del GLP que se consume en Colombia es importado y 40 % es de producción nacional.
El gerente detalló que buena parte del GLP local proviene de campos como Cusiana, cuya producción está en declive. En cuanto a los precios, Gas País explicó que, pese al componente importado (60%), el mercado ya internalizó los costos de compra en el exterior.

Contexto del gas natural en Colombia
Gas País señaló que, según datos de la Bolsa Mercantil de Colombia, el déficit de gas para satisfacer la demanda podría llegar a 20 % en 2026 y hasta 50 % en 2029. Esto contrasta con el GLP, que se caracteriza por su disponibilidad inmediata, cobertura nacional y precios relativamente estables, expresó la organización.
También resaltó que cuenta con 15 plantas, más de 700 vehículos, presencia en 95 % del territorio colombiano y el respaldo de su casa matriz, LipiAndes, que opera en Chile, Ecuador y Perú. Además, el GLP tiene demanda en sectores como siderurgia, agroindustria, alimentos y hotelería.
Impacto social y pobreza energética
Gas País mencionó que sus filiales, Surgas y Rednova, que operan redes de gas domiciliario, contribuyeron a reemplazar el uso de leña y carbón en comunidades rurales y en hogares de estratos 1 y 2, mejorando las condiciones de salud.

Retos del GLP
Iván Arroyave, banquero de inversión y experto en energía, explicó que el GLP tiene ventajas logísticas: es fácil de transportar y almacenar, no requiere redes complejas para llegar a hogares o comercios y representa una solución para zonas rurales donde no hay gas. También resaltó que es más limpio que otros combustibles tradicionales.
Sin embargo, advirtió que cuando un país depende de un energético importado, como el GLP, sus precios dejan de responder a la realidad interna y se vuelven sensibles al dólar y a los mercados internacionales, lo que puede generar tarifas inestables y vulnerables a crisis externas.
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