Michael Teich es el CEO del fondo de inversión Ashmore Avenida que lanzó una iniciativa para financiar vivienda a mujeres cabeza de hogar en Colombia. Más de infraestructura aquí.
Ashmore, que es un fondo ya muy conocido en el mercado local de inversiones, tiene participación en temas de infraestructura con el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), y, en el proyecto con Avenida tiene acompañamiento en temas inmobiliarios.
Ese nuevo proyecto de inversión del fondo Ashmore Avenida se enfoca en el segmento inmobiliario, pero un especial foco en el enfoque de género.
En principio, dijo el ejecutivo, el fondo está enfocado en Colombia, pero tiene proyectos para llevarlo a Perú y Chile.
Dentro de su ejecución ya se han construido 47.000 unidades de vivienda con un 70 % destinado al segmento de Vivienda de Interés Social (VIS) en Colombia.
No dejaron de lado, dijo Michael Teich, la oferta de viviendas para estratos 3 y 4 en el país.
“Hemos visto una tendencia de difíciles condiciones de vida para las mujeres cabeza de hogar que tienen, además, menor acceso a crédito financiero”, advirtió el ejecutivo del fondo.
Con ello en mente, lanzaron un piloto para construir vivienda VIS destinada a mujeres con condiciones especiales. Han logrado 15 ventas por mes que es más alto que lo esperado.
El proyecto piloto se llama Latitud 80, ubicado en el occidente de Bogotá con la idea de hacer un nuevo fondo para que cada proyecto tenga participación de género.
Una de las diferencias frente a otros proyectos es que las mujeres tienen acceso preferencial para escoger los apartamentos en preventa con mejores condiciones en el pago de la cuota inicial y plazos más largos.
“Han demostrado ser mejor paga que muchos hombres”, relató Teich.
Las mujeres cabeza de hogar en Colombia son acompañadas por los asesores en las salas de ventas para temas como consecución de subsidios para la compra de las viviendas.
De la misma manera, se diseñan áreas especiales en los proyectos de vivienda para tener espacios como guarderías o zonas de desarrollo de proyectos propios.
Además, les ayudan a conseguir asesoría o acompañamiento para gestión de créditos a esas mujeres cabeza de hogar con cuotas por alrededor de $340 mil mensuales, “que es baja en comparación con otras actividades”, destacó el líder del fondo Ashmore Avenida.
Las viviendas, detalló, están ubicadas en Bogotá, Medellín, Villavicencio y Barrancabermeja.
El experto indicó que el fondo maneja inversionistas institucionales que aportan para desarrollar los proyectos, además de entidades que invierten en el desarrollo en diferentes países de la región.
Los inversionistas destinan sus recursos al fondo para tener diversificación de sus portafolios en varios países de la región y tener sus recursos distribuidos, mientras que los administradores buscan un buen retorno para invertir en comparación con los mercados emergentes.
Los inversionistas, siguió diciendo, entran con un horizonte de entre cinco y siete años. Al cumplir el plazo se liquida la posición y se les devuelve la inversión más el retorno logrado.
De esta manera, el fondo Ashmore Avenida está enfocados en aplicar los principios ESG (ambiental, social y gobernanza por su sigla en inglés). Hasta hoy han logrado que siete proyectos tengan la certificación Edge y la Corporación Financiera Internacional (IFC) los nombró como Edge Champions. La idea es que todos los proyectos nuevos logren la calificación Egde por su sostenibilidad.
Con los proyectos desarrollados que se certificaron, dijo Teich, se han ahorrado anualmente 5.200 toneladas de CO2 y tiene la meta de ahorrar 45.000 toneladas anuales en los próximos años.
Para el líder del fondo Ashmore Avenida, existen múltiples oportunidades en Colombia. El sector residencial ha demostrado su resiliencia en la pandemia y espera que sea el motor de la economía en la década actual.
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Finalmente, anunció que se están estructurando otros vehículos de inversión y espera tener participación de inversionistas para un fondo de US$150 millones.
Prevé que esté cerrado para la mitad del próximo año con el fin de construir viviendas en estratos bajos con componente social. El 75 % sería en Colombia y el resto de participación podría ser en otros apaíses de la región.
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