Tras el fin del Grupo Empresarial Antioqueño, el Grupo Argos no solo se dedica a la infraestructura, sino que, a través de una de sus filiales, está en el negocio de la energía; esta es Celsia. La compañía pertenece al sector de generación de energías, particularmente a través de fuentes renovables, tales como la solar o la eólica, que genera energía a través del viento.
Ricardo Sierra, presidente de Celsia, conversó con Valora Analitik sobre los riesgos que está enfrentando el sistema energético colombiano, las apuestas de la organización en Centroamérica y Norteamérica, e inversiones que llegan hasta US$360 millones para proyectos de energía solar. También habló del proceso de transición que atraviesa el Grupo Argos, no solamente por el fin del GEA, sino por la salida de Jorge Mario Velásquez como presidente del grupo.
¿Cuáles son los retos que en este momento enfrenta el sistema eléctrico colombiano?
Estamos frente a una situación en la que nos está faltando oferta en kilovatios para atender la demanda del país. Hay varios estudios, varias señales de expertos que nos demuestran que ya estamos con déficit de energía firme. Este es un reto grande, necesitamos más kilovatios, necesitamos que entren más proyectos de generación de energía.
El segundo reto grande es que las autopistas para transmitir esos kilovatios están congestionadas, así que necesitamos un plan de choque para habilitar nuevas tecnologías de conducción de energía para usar las redes existentes, y también nuevas redes, que se puedan construir rápidamente para que la congestión que hay en el sistema se pueda eliminar.
Tercero, una reflexión, y es que cuando llega un data center y necesita 100 megavatios para conectarse, el sistema está tan congestionado que no hay cómo. Entonces, en el fondo tenemos una especie de racionamiento silencioso, porque no hay suficiente capacidad en el sistema para aceptar nuevas cargas. Esto hay que solucionarlo pronto; los colombianos no podemos vivir sin kilovatios.

¿Qué planes de inversión tienen para 2026?
Seguimos con un plan de multiplicar por cuatro el número de megavatios instalados solares. Estamos pasando de 300 megavatios a 1.200 megavatios en un periodo de tres a cuatro años.
Estamos convencidos de que tenemos que atender las demandas de nuestros clientes. Es una inversión que hace el grupo pensando en el largo plazo. A pesar de que hay incertidumbre en reglas de juego, de que tenemos señales bastante complicadas, pensamos que con tecnología y menos ideología vamos a solucionar muchas de estas restricciones.
Y estos 1.200 megavatios para 2028 o 2029, ¿cuánta energía representan en el consumo de hogares o de personas?
Estos 1200 megavatios pueden ser el consumo de un par de grandes ciudades intermedias. Podría decir una ciudad como Armenia.
El tema importante es que la solar es una energía intermitente, sufre del clima. Pero hay una tecnología nueva que está llegando, que son las baterías de gran escala. Esas baterías van a estar acopladas a muchos de estos parques solares, lo que va a permitir que esa energía sea cada vez más firme.
Pero hay muchos otros jugadores que tienen planes de crecimiento. Ojalá que se habiliten los cuellos de botella para que pueda entrar toda esa generación y podamos tener exceso de oferta en el mercado, que cuando hay mucha competencia por entregar los kilovatios a los clientes, vamos a lograr que las tarifas puedan ser más competitivas, que es lo que todos soñamos.
Por otro lado, nosotros estamos prácticamente duplicando el tamaño de nuestra energía. Vamos a entrar 300 megavatios para 2026 y empezar la construcción de 300 a 400 adicionales. Eso para 2026.
¿Dónde están esos proyectos?
Están en Tolima, Sucre, Córdoba, así que tenemos varias zonas del país donde vamos a estar operando.
¿A cuánto ascienden esas inversiones para 300 megavatios?
Son multimillonarias. Un megavatio solar puede estar costando US$600.000 a US$700.000, dependiendo del sitio, dependiendo de las necesidades. Estamos hablando de U$360 millones solamente en el componente de generación solar.
Pero Celsia es una compañía que tiene multigeneración, entonces tenemos inversiones en hidro, en nuestras redes de distribución, en transmisión para expansión. Así que, si las señales están en el largo plazo para que podamos movilizar el capital, ojalá Celsia pueda invertir más.
¿Estos US$360 millones solamente en generación solar?
Sí. Es una inversión que se lleva tres años. Es decir, no en 2026, son los recursos que se van construyendo en un periodo de 24 a 36 meses. El compromiso de inversión es de hasta US$360 millones, haciendo una cuenta rápida.
¿En dónde están localizados sus proyectos hidráulicos y eólicos?
Proyectos hídricos no tenemos en este momento, tenemos un par de pequeñas centrales en el pipeline de desarrollo, pero todavía no tenemos decisión final de inversión.
En el tema de La Guajira nos acaban de autorizar para un par de parques eólicos que llevamos trabajando muchos años y estamos refinando los modelos financieros, hablando con proveedores, revisando los temas de la línea de conexión, viendo si logramos obtener en el primer trimestre de 2026 una decisión final de inversión alrededor de esos proyectos.
¿Los proyectos en los que ustedes invierten son solo recursos de la compañía o el Grupo Argos los apoya?
Nosotros somos su vehículo de inversión en temas energéticos, somos los que movilizamos la inversión. El Grupo Argos siempre ha sido un gran apoyo, siempre que hemos necesitado su apoyo, ha estado. Pero en este plan de inversiones claramente el grupo nos ha indicado que actuemos como gestor de activos, así que la idea es poder invitar a diferentes inversionistas a que nos acompañen en los proyectos.
De hecho, en el mundo solar tenemos a un inversionista importante que se llama Cubico, dos fondos de pensiones canadienses son los accionistas principales. En el mundo de transmisión también, en Perú estamos montando un parque, un proyecto grande de generación renovable.
En 2026 estaremos cerrando un fondo en donde múltiples inversionistas nos van a acompañar, de US$300 millones. Así que estamos con el ‘know-how’, con la experiencia, con el conocimiento que tiene el equipo de Celsia, invitando a diferentes tipos de inversionistas financieros, estratégicos, a que nos acompañen.
Hace poco anunciamos la creación de una compañía que se llama Atera, y es una empresa dedicada a la eficiencia energética. Todos los activos de eficiencia energética de Celsia los llevamos a Atera, e invirtió un fondo que se llama Catalyst, que es de Brookfield, que se dedica a la descarbonización de empresas. Entonces ahí logramos atraer a un inversionista para hacer inversiones en eficiencia energética para las empresas, entre Perú y México.
Entonces, Celsia y Grupo Argos están dedicados a buscar y atraer diferentes inversionistas para seguir creciendo los activos de infraestructura que necesita el país.

¿El próximo 2026 estarán en México?
En México estamos abriendo oficina de Atera para atender a unos clientes industriales con los que ya trabajamos en la región y que nos han pedido que los acompañemos en esa geografía.
Atera tiene todos los activos de nosotros, de generación solar en techos, para todo el segmento comercial e industrial. Tenemos aires acondicionados, distritos térmicos, plantas de respaldo, bombas de calor, aire comprimido y baterías.
Todos los sistemas que una industria o comercio necesita para ser más eficiente su consumo de energía, Atera se los puede proveer. Esta compañía es la que invirtió Catalyst y en la que estamos esperando poder desarrollar un pipeline importante de crecimiento, no solamente en Colombia, sino en Perú, en Ecuador y en algunos países de Centroamérica. Estamos grandes en Honduras y en México próximamente.
¿Entonces México sería una de las grandes apuestas de ustedes para 2026?
Vamos a empezar con una oficina. Las cosas empiezan siempre chiquitas, atendiendo un par de clientes industriales y veremos cómo vamos creciendo.
¿Qué piensa de las licencias ambientales abreviadas para proyectos solares y eólicos?
Todas las iniciativas que simplifiquen la permisología colombiana, la velocidad de poder introducir nuevas generaciones, nuevas líneas de transmisión al sistema son bienvenidas. Las aplaudimos. Necesitamos mucha celeridad en ese concepto. No puede ser que en Colombia nos demoremos más en el permiso que en la construcción.
Hay muchos permisos que se pueden simplificar. Hay muchas investigaciones que se pueden simplificar. Hay permisos que no habría necesidad ni de otorgarlos, sino de simplemente dar autorización para que uno pueda montar la granja y conectarla. Después el operador dice si entrega 100 % o no; eso lo hicieron en Texas y funcionó perfecto. Hay muchas innovaciones que pueden implementarse, por ejemplo, que nos dejen introducir tecnologías nuevas de conducción, es decir, de transmisión al sistema.
¿Cómo han sido las operaciones tras el fin del Grupo Empresarial Antioqueño (GEA)?
Esa fue una transacción que la lideró exitosamente nuestra holding, Grupo Argos. Con el enfoque completo en infraestructura y la capacidad de inversión que tiene Argos estamos contentos. Jorge Mario Velázquez, que ha sido el líder de esa operación, está entusiasmado con los planes de inversión de las compañías y creo que vamos a poder seguir siendo un actor relevante en infraestructura para los próximos años.
¿Se prevé quién reemplazará a Jorge Mario Velázquez?
Estamos esperando que se tome la decisión en los próximos meses. Yo estoy seguro de que va a llegar seguramente un líder al que le va a quedar muy duro llenar los zapatos de Jorge Mario, pero seguramente viene una primavera en inversión en infraestructura en la región. Esperemos que continuemos con esa dinámica y con esa filosofía empresarial que nos ha distinguido.
El sector eléctrico acumula grandes deudas. ¿A ustedes les deben dinero?
Sí, estamos preocupados con el manejo que se le está dando a Air-e, que fue intervenida por el Estado y se está convirtiendo en un gran deudor del sistema. Nosotros tenemos activos de transmisión que necesitan que Air-e pague. Fuera de eso está el tema de subsidios, que típicamente tenían un retraso, pero ahora el retraso está mucho más exacerbado y eso genera dinámicas de restricciones de inversión, restricciones de capital de trabajo y preocupaciones, pero son temas que ojalá se resuelvan pronto.
¿Y cuánto ascienden las deudas?
Nosotros estamos hablando de que en subsidios, nos deben alrededor de $200.000 millones y a nivel de otras deudas que tenemos con Air-e podemos estar llegando a los límites de $80.000 millones.
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¿Y no les han pagado nada?
Los subsidios los vienen pagando, pero esporádicamente, y con Air-e lamentablemente estamos teniendo muchos problemas en la visibilidad futura de esos pagos, pero esperemos que se resuelvan.
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