La codirectora del Banco de la República, Olga Lucía Acosta, señaló que el desequilibrio entre un consumo acelerado y una producción que no cubre del todo la demanda está llevando al país hacia un déficit, que eventualmente podría corregirse a través de subir las tasas en Colombia.
Ayer, el DANE reveló que las importaciones (+10 % anual) crecieron por encima de la expansión de las exportaciones (+2,2 % anual) en el tercer trimestre del año. Esto ha exacerbado el déficit comercial que, con corte a septiembre es de US$11.768,2 millones FOB, de acuerdo con la entidad.
¿Por qué podrían subir las tasas en Colombia?
Acosta enfatizó que en caso de que esta tendencia se exacerbe, sería necesario recurrir a una herramienta impopular para contrarrestar dicha situación
«Podríamos generar un déficit si no lo corregimos con algo que no nos gusta: contraer la demanda con altas tasas de interés», señaló este miércoles en un evento de Prime Business School y Asobancaria.
Esta dinámica ha impactado directamente la balanza comercial, pues, aunque los colombianos tienen hoy una mejor capacidad de compra, una gran parte de esas compras se realizan en el exterior.

Vale la pena recordar que la tasa de interés del banco central, que llegó a un pico de 13,25 %, se ubica actualmente en el 9,25 %. Aunque esta se ha mantenido constante desde abril, en el mercado ha ganado espacio el argumento de que podría ser momento de subir las tasas.
El dilema radica en que el consumo, aunque necesario para el dinamismo, ha alterado la composición del crecimiento.
Acosta destacó que todavía se está evaluando qué tan estructural o coyuntural es el cambio en los patrones de gasto de las personas después de la pandemia, quienes hoy prefieren conciertos, juegos en línea y apuestas, mientras que los sectores que tradicionalmente impulsaban la economía crecen mucho menos.
Un crecimiento económico inconveniente
Para la codirectora Acosta, el crecimiento económico que experimenta Colombia en la actualidad no es el más conveniente, ya que se ha fundamentado en el consumo y no en la inversión que, aunque muestra algún grado de recuperación tras la caída reportada en 2023, sigue por debajo de la tendencia.
La economista señaló que esto limitará la capacidad de crecimiento futuro, pues “la inversión que hacemos hoy es lo que nos va a permitir crecer hacia adelante”.
La vocera recordó que Colombia enfrenta una situación de inflación más persistente que otros países de la región. Pese a que el indicador ha caído desde su pico por encima del 13 %, las proyecciones para este año se mantienen por encima del 5 %, lejos de la meta del emisor de 3 %.
A esto se suma un problema fiscal, pues, según la vocera, el país está creciendo con unos ingresos que generarán costos de financiamiento externo y mayores primas de riesgo en el futuro.
De hecho, destacó que, aunque se ha corregido la prima de riesgo para todos los países de la región, Colombia sigue con el mayor indicador desde 2022. Este panorama se agrava por el gasto público y la ausencia de un mayor compromiso de austeridad en el gasto.




