La administración de Estados Unidos de Joe Biden y Kamala Harris planteó la suspensión temporal de las patentes de las vacunas contra la Covid-19, con el fin de facilitar la fabricación y distribución del fármaco en todo el mundo.
La Casa Blanca emitió una orden ejecutiva en la que detalló que “esta es una crisis global de salud. Las condiciones extraordinarias de la pandemia de la Covid-19 necesitan medidas extraordinarias”.
El gobierno demócrata resaltó que sigue creyendo fuertemente en la protección de la propiedad intelectual, pero que esa medida debe tomarse para poder acabar con la pandemia.
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Sin embargo, llegar al retiro de las patentes es un proceso que toma tiempo. Incluso, cuando eso suceda, los demás países tendrían que adaptar sus capacidades para producir las inmunizaciones.
Un ejemplo de esto es que en Latinoamérica solo Argentina y México cuentan con una industria robusta para la producción de vacunas contra la Covid-19. Cuba, por su parte, también trabaja en un desarrollo propio de la inoculación.
El camino para retirar las patentes de forma temporal ya comenzó. Estados Unidos está trabajando en negociaciones con la Organización Internacional del Comercio, para evaluar los arreglos que deben efectuarse para que este paso sea una realidad.
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“Las negociaciones tomarán tiempo”, detalló el gobierno de Estados Unidos. “A medida que nuestro abastecimiento para los americanos está asegurado, la administración continuará con sus esfuerzos, en alianza con el sector privado, para expandir la manufactura de vacunas y su distribución”, afirmaron los demócratas.
El país es sede de las farmaceutas Janssen, Moderna y Pfizer. Estas tres han desarrollado vacunas contra la Covid-19 que se distribuyen mundialmente.
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