El fútbol, más allá del campo de juego, es un negocio de cifras millonarias, y la reciente derrota del Manchester United es un recordatorio contundente de esta realidad. Lo que en la superficie parece una simple “sorpresa futbolística” es, en el fondo, la manifestación de una profunda crisis que no solo afecta el rendimiento de los ‘Red Devils’, sino también la salud financiera del club.
Y es que esta eliminación prematura es uno de los mayores ‘batacazos’ en la historia del fútbol inglés, especialmente si se analiza la disparidad económica entre ambas instituciones. Según datos de Transfermarkt, el Manchester United tiene un presupuesto salarial que es 96 veces mayor que el de su rival.
Con un gasto de US$246 millones en sueldos anuales, los dirigidos por el portugués Ruben Amorim superan con creces los US$2,6 millones del Grimsby Town. De hecho, más de veinte jugadores del United ganan más que toda la plantilla del equipo de cuarta división junta.
El resultado de este desequilibrio, traducido en una derrota en la cancha, ha resonado inmediatamente en el mundo empresarial. El club, que cotiza en la bolsa de Nueva York con el símbolo MANU, vio cómo sus acciones experimentaban una caída, por simbólica que fuera, en las operaciones posteriores al cierre del mercado. Este descenso, que se suma a una espiral negativa en sus resultados deportivos, es una clara señal de la falta de confianza que los inversores tienen en el rumbo actual de la organización.
Este nuevo revés deportivo no es un hecho aislado, sino la culminación de un ciclo de fracasos que ha llevado al club a un momento de extrema preoucpación. La afición, acostumbrada a la gloria de la época de Sir Alex Ferguson, se enfrenta a una realidad de resultados decepcionantes, decisiones institucionales cuestionables y una incertidumbre financiera que amenaza con extenderse.
Fracaso tras fracaso: Una crisis que va más allá de la cancha
La derrota ante el Grimsby Town es el primer capítulo de una temporada que ha comenzado de forma irregular para el Manchester United. El equipo, que finalizó en un decepcionante 15º lugar en la Premier League la campaña anterior, no ha logrado encontrar un camino para escapar de su racha negativa. Además de la eliminación de la Copa de la Liga, el club no ha conseguido ganar sus dos primeros partidos de la Premier, lo que ha avivado el descontento de la afición y ha puesto en duda la estrategia de la directiva.
Pese a haber invertido más de US$200 millones en fichajes durante el mercado de verano, el equipo ha mostrado un rendimiento que no justifica la millonaria inversión y la ausencia de competiciones europeas también ha sido un golpe duro.
Sin la bonanza económica que traen los derechos de televisión, patrocinios y la taquilla de los partidos de Champions League, la situación financiera del Manchester United se vuelve aún más precaria, evidenciando cómo el fracaso en el campo de juego tiene consecuencias directas y tangibles en las finanzas del club.
¿Un gigante al borde de los ‘números rojos’?
El rendimiento del Manchester United en la cancha es un espejo de su situación económica. El club ha perdido dinero durante seis temporadas consecutivas, una racha alarmante para una de las marcas deportivas más valiosas del mundo. A pesar de haber alcanzado ingresos récord que rozaron los 800 millones de euros en el período 2023/24, las pérdidas netas del club ascendieron a 134 millones de euros, un signo claro de un modelo de negocio que no logra sostener su alto nivel de gastos.
Sin embargo, el club había mostrado una luz de esperanza al inicio del año fiscal 2024/25: en el primer trimestre reportó una ganancia de 1,6 millones de euros, revirtiendo las pérdidas de 30 millones de euros del mismo período del año anterior. Este cambio positivo se atribuyó en parte a una reducción del 11% en los gastos salariales, lo que parecía ser un paso en la dirección correcta.
Recomendado: ¿Quiénes son los futbolistas de élite que aún no encuentran equipo?: Estos son sus costos en el mercado de fichajes
Pero la reciente derrota en la Copa de la Liga, con todas sus implicaciones deportivas y comerciales, amenaza con deshacer este progreso. La caída en el valor de las acciones del Manchester United, que a la fecha se situó alrededor del 0,35% en las primeras horas de la jornada bursátil, aunque no sea un desplome dramático, refleja la incertidumbre de los inversores y el riesgo que la falta de éxito deportivo representa para la marca.
Con cada derrota, la presión sobre el club aumenta y su capacidad para generar los ingresos necesarios para sostener su enorme estructura se sigue viendo comprometida.