Medidas restrictivas no habrían contribuido a mejores resultados epidemiológicos: Andi, Anif, CCB y Fedesarrollo

Medidas restrictivas durante la pandemia no se reflejan en mejores resultados en términos epidemiológicos, según Andi, Anif, CCB y Fedesarrollo.

Foto: Pixabay.

El balance del primer año de la pandemia demuestra que es prioritario asegurar una reactivación económica sostenible. Esto a través de un plan robusto e integral para Bogotá. Ideal que permita generar oportunidades de empleo y recuperación de sectores económicos.

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Esa fue la conclusión del Observatorio para el seguimiento de la atención de la emergencia en la Capital en el boletín No. 4. El organismo lo conforman Andi, Anif, Cámara de Comercio de Bogotá, Fedesarrollo y Probogotá Región.

Para el observatorio es fundamental implementar acciones urgentes y agresivas en materia de generación de empleo. Especialmente para mujeres y jóvenes. De acuerdo con las cifras del Dane, son las poblaciones que han sufrido los impactos más fuertes en el acceso al mercado laboral.

El observatorio considera oportuno consolidar una mesa de trabajo Universidad-Empresa-Estado. Esto para que, a través de políticas públicas, se promueva la formación de jóvenes para enfrentar los retos del trabajo futuro.

Conclusiones

Las cifras de contagios y muertes ubican a la capital en la peor situación, pese a ser reconocida por haber implementado las medidas restrictivas más severas. Ahora, en términos de vacunación la ciudad refleja una ejecución del 77,2 % de las dosis entregadas. Esto implica que está vacunado el 3,71 % de la población necesaria para alcanzar la inmunidad de rebaño.

Las medidas restrictivas, impuestas en los principales centros urbanos, tienen impacto negativo en los ingresos y el bienestar de los hogares. De hecho, Bogotá, que presenta el 18 % del total de ocupados en el país, fue responsable por el 25 % de las pérdidas en el total de ocupados en enero. 

Bogotá representa el 26 % del total nacional de ingresos laborales. Sin embargo, la ciudad fue responsable del 37 % de la pérdida total de ingresos.

En términos de la relación entre la caída de ocupados y el número de muertes, la capital se encuentra en el peor escenario. Presenta un número de muertes por millón superior al promedio de las 10 ciudades principales (1.819 vs. 1.752 a corte del 14 de marzo, respectivamente). También presenta una mayor caída en los ocupados (-9.4 % anual vs. el promedio muestral de -8.4 % anual).

Al revisar los efectos de las medidas restrictivas en el bienestar directo de los bogotanos se encuentra que más del 31,1 % (promedio de la muestra de las 10 ciudades principales) reportó no poder consumir 3 comidas al día. Esa situación es aún más preocupante si se contrasta con los datos de muerte por coronavirus. 

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Los sacrificios que suponen las medidas restrictivas sobre el bienestar de la población no se reflejan en mejores resultados en términos epidemiológicos.

Actividad empresarial

La actividad empresarial ha sido muy afectada y en el 2020 Bogotá y Barranquilla fueron las ciudades que registraron la mayor caída en la creación y renovación de empresas. En enero de 2021 se mantiene esta tendencia en Bogotá en donde esta cifra cayó en 28 %. Pasó de de 21.100 empresas matriculadas y renovadas en enero 2020 a 14.995 en enero de 2021.

En febrero de 2021, en comparación con enero 2021, el comportamiento de las renovaciones y la creación de empresas muestra una leve recuperación. Esto como resultado de la suspensión de las cuarentenas y las restricciones a la actividad productiva. 

Sin embargo, en la cancelación de empresas se ha registrado un notable crecimiento de 73 % de unidades productivas en su mayoría micro y pequeñas empresas que estaban dedicadas a las actividades de comercio, servicios e industria. 

Se requiere garantizar certidumbre jurídica al sector productivo y empresarial. Esto con el propósito de asegurar el proceso de reactivación económica pues difícilmente la ciudad podrá recuperar la senda de crecimiento si las empresas, que son la principal fuente de empleo, no pueden desarrollar sus actividades en condiciones de normalidad. 

La presencialidad escolar es relevante y necesaria. En Bogotá, apenas el 11 % de los establecimientos educativos oficiales están abiertos, hecho que amplía y exacerba las brechas sociales e implica afectaciones graves en la salud mental y desarrollo cognitivo de los niños, niñas y adolescentes.

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