Para proteger Galápagos, Ecuador cambia deuda por naturaleza: qué significa el acuerdo

El cambio de Ecuador de deuda por naturaleza fue catalogado como el principal canje de su tipo en la historia. Esto es lo que significa.

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Foto: Gerd Altmann - Pixabay

Fue anunciado como el mayor canje de su tipo. El 9 de mayo, las autoridades ecuatorianas y el Banco Interamericano de Desarrollo () informaron que hubo un cambio de Ecuador de deuda por naturaleza.

Según José Antonio Dávalos, ministro del Ambiente, Agua y Transición Ecológica de , es una decisión “que marca un antes y un después en el desarrollo ambiental y económico del país. La conservación deja de ser un tema aislado de un solo ministerio y se convierte en una acción global, coordinada y de cooperación”.

Por qué el cambio de Ecuador de deuda por naturaleza

El negocio fue así.

El BID le otorgó a Ecuador una garantía de US$85 millones y, por su parte, la Corporación Financiera de Desarrollo de Estados Unidos (DFC) le entregó un seguro de riesgo político por US$656 millones para comprarle existente en mejores condiciones. Según cálculos de ese país, esta transacción generará ahorros totales de unos US$1.126 millones.

Con lo que se ahorre, entonces, las autoridades de dicho país se comprometieron a financiar acciones para la conservación por US$323 millones. Esa plata será, específicamente, para crear el Galápagos Life Fund (GLF) y financiar sus actividades durante los próximos 18 años. Su trabajo será en la Reserva Marina de Galápagos y en la Reserva Marina Hermandad, un área que cuenta con más de 3.500 especies, 25 % endémicas -como las tortugas gigantes-.

Cambio de Ecuador de deuda por naturaleza servirá para la protección de las islas Galápagos
El compromiso de Ecuador es crear el Galápagos Life Fund, con el que se protegerá este importante ecosistema, hogar de, por ejemplo, las tortugas gigantes. Foto: PublicDomainPictures – Pixabay

“No solo es esta la mayor operación de su tipo, sino que es la primera vez que una institución multilateral combina garantías con seguros de riesgo político para movilizar recursos de diferentes actores hacia la conversación”, celebró Ilan Goldgajn, presidente del BID.

Por su parte, Juan Carlos de la Hoz Vinas, representante del BID en Ecuador, afirmó que el cambio de Ecuador de deuda por naturaleza “marca un hito y muestra su compromiso con la construcción de un presente y un futuro sostenible”.

Y Pablo Arosemena Marriott, ministro de Economía y Finanzas ecuatoriano, aseguró que, con el cambio de Ecuador de deuda por naturaleza, el país protege sus activos naturales, a la vez que reduce la deuda pública y aumenta la estabilidad fiscal.

No es el primer cambio

No es la primera vez. El cambio de Ecuador de deuda por naturaleza, aunque impactante por el monto, no es pionero. Desde los años 80, países latinoamericanos han hecho este tipo de transacciones.

Bolivia -con un éxito poco demostrable-, Belice, Costa Rica e, incluso, Colombia ya hicieron acuerdos similares. Y ha sido un tema recurrente entre los países del sur global. Por ejemplo, en la COP26 de Glasgow, el entonces presidente de Colombia, Iván Duque, y en la Cumbre del G-20 de 2021, el argentino Alberto Fernández pusieron el tema sobre la mesa.

Y, más recientemente, el actual presidente de Colombia, Gustavo Petro, lo ha pedido en varias ocasiones. Lo hizo, por ejemplo, en su discurso de posesión el 7 de agosto del año pasado. Pero el escenario más importante fue en la Asamblea General de la ONU en septiembre de 2022.

Hablando ante el pleno de las Naciones Unidas, comenzó a cuestionar las estrategias que se han usado para combatir el narcotráfico en el mundo y pidió cambiar la forma en que se lucha contra los cultivos ilícitos. Y, sobre todo, pidió que hubiera mayor esfuerzo por pensar en el futuro del planeta.

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“Si no tienen la capacidad para financiar el fondo de revitalización de las selvas, si pesa más destinar el dinero a las armas que a la vida, entonces reduzcan la deuda externa para liberar nuestros propios espacios presupuestales”, aseveró. Y concluyó que debe haber un cambio de “deuda por vida, por naturaleza”.

Gustavo Petro, presidente de Colombia
Gustavo Petro, presidente de Colombia, durante su intervención ante la Asamblea de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 2022. Foto: Presidencia

¿Es viable?

Para el profesor Fabio Gómez, del departamento de Biología de la Universidad Javeriana, el cambio de Ecuador de deuda por naturaleza no solo es importante, sino necesario. Y cree que su impacto va más allá de las fronteras.

En diálogo con Pesquisa Javeriana, el docente explicó que “cada país debe tomar una decisión. En el caso de Colombia podríamos tomarlas frente a las inversiones en la conservación para la protección de ecosistemas y recursos, como en la Amazonía”.

Además, aseguró que lejos de generar riesgos, como que el país que hace el cambio se comprometa a entregar recursos o derechos de utilización de estos, se trata de “un mecanismo económico que le va a permitir al país generar conservación. No va a generar ningún riesgo. Todo lo contrario, es sumamente positivo”.

En un artículo de los expertos Kristalina Georgieva, Marcos Chamon y Vimal Thakoor para el (FMI), se explica que, movidas como el cambio de Ecuador de deuda por naturaleza, tienen, además de todo, el fin de “liberar recursos fiscales para que los gobiernos puedan mejorar la resiliencia sin desatar una crisis fiscal”.

Y, por ejemplo, pueden mejorar la calificación crediticia de la deuda soberana del país. Este fue el caso de Belice. Este país llegó a un acuerdo de recompra de su deuda con un descuento de 55 centavos por cada dólar, a cambio de aumentar la protección de sus ecosistemas marinos.

El país centroamericano recibió el apoyo de Nature Conservancy de Estados Unidos, así como de los acreedores Aberdeen Standard Investments, Frantham, Mayo, van Otterloo y Greylock Capital para este acuerdo.

Los pendientes en los cambios de deuda por naturaleza

Sin embargo, en el mismo artículo de Georgieva, Chamon y Thakoor, estos advierten varias cosas. Primero, que este tipo de cambios no significan una reestructuración de la deuda externa. También, que para que tengan un impacto real, “el número y magnitud de las operaciones deben aumentar de forma importante”.

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Pero insisten en que “es poco probable que ofrezcan una solución universal para los países con dificultades de deuda o que se enfrentan al cambio climático o a pérdidas de naturaleza. Y no deberían producirse a expensas del alivio tradicional de la deuda o del financiamiento concesionario”.

Para lograrlo, se deben complementar los instrumentos que ya existen y fortalecer la resiliencia de los que llaman “los países en primera línea del cambio climático y de la pérdida de biodiversidad natural”, como es el caso de Colombia y Ecuador.

Sin embargo, el cambio de Ecuador de deuda por naturaleza deja, entre los expertos, una sensación de optimismo. “Este tipo de operación permite a los países mejorar su gestión de la deuda, al tiempo que impulsa la inversión en sostenibilidad ambiental y biodiversidad”, concluye el BID sobre la millonaria transacción.

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