La mesa de concertación del salario mínimo cerró sin acuerdo para definir el incremento que regirá en 2026. Ante este escenario, las centrales obreras CUT, CGT y CTC, junto con las confederaciones de pensionados CPC y CDP, presentaron formalmente sus salvedades al Ministerio del Trabajo, en un documento dirigido al ministro Antonio Sanguino.
El principal punto de quiebre en la negociación fue el porcentaje de incremento del salario mínimo. Mientras el sector empresarial ha planteado un ajuste cercano al 7 %, con base en variables como inflación, productividad, crecimiento del PIB y metas del Banco de la República, las centrales sindicales insistieron en un aumento del 16 %.
Según el documento, esta propuesta se sustenta en el concepto de salario mínimo vital y móvil, respaldado por la Constitución y por estudios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). De acuerdo con esos cálculos, el costo de una canasta básica para una familia promedio supera ampliamente el salario mínimo vigente, lo que, a juicio de los sindicatos, obliga a un ajuste que vaya más allá del IPC.
Con ese incremento del 16 %, el salario mínimo para 2026 se ubicaría en $1.650.680 mensuales, una cifra que, según las centrales obreras, permitiría acercarse a la cobertura de las necesidades básicas de los hogares.
Debate sobre efectos económicos y productividad
En sus salvedades, los sindicatos también cuestionan los argumentos que advierten que un aumento del salario mínimo por encima de la inflación podría generar más desempleo, informalidad o presiones inflacionarias. Señalan que los incrementos recientes, superiores al IPC, no han derivado en desequilibrios macroeconómicos significativos.
El documento también hace referencia a la necesidad de revisar la indexación de tarifas y precios que se ajustan automáticamente con el salario mínimo, al considerar que este mecanismo termina afectando el poder adquisitivo de los hogares.
Las confederaciones de pensionados, aunque acompañan buena parte del análisis presentado por las centrales obreras, incluyeron una salvedad específica. En ella advierten que incrementos del salario mínimo muy por encima del IPC pueden afectar a los pensionados que reciben mesadas superiores a un salario mínimo, las cuales solo se ajustan con inflación.
Según explican, esta diferencia en los criterios de reajuste puede traducirse en una pérdida de poder adquisitivo para una parte importante de los pensionados, por lo que insisten en la necesidad de revisar el marco legal que regula el aumento anual de las pensiones.
Ante la falta de acuerdo en la mesa, las organizaciones solicitaron que, en caso de que el incremento del salario mínimo para 2026 deba definirse por decreto, el Gobierno tenga en cuenta los argumentos expuestos en las salvedades, en una decisión que será clave para la política económica y social del próximo año.
El documento completo con las salvedades presentadas por los sindicatos y pensionados está disponible para consulta en el siguiente enlace:




