El alcalde de Medellín, Daniel Quintero, afirmó hoy que en septiembre podrían reactivarse los vuelos entre la capital de Antioquia y Bogotá, tras iniciar conversaciones con la administración de Claudia López para que esto pueda materializarse a partir del próximo mes.
Así, los aeropuertos José María Córdova en Rionegro, que sirve a Medellín, y el aeropuerto El Dorado, ven muy posible su reactivación a través de una de sus rutas de conexión más importantes.
Quintero dijo que ya se iniciaron los diálogos para que esto sea realidad, aunque aún se deben tener los permisos y autorizaciones pertinentes por autoridades como la Aerocivil y los ministerios de Salud y Transporte, además del aval del Distrito de Bogotá en cabeza de López.
De esta manera, se reabriría la ruta nacional en Colombia con mayor cantidad de vuelos y frecuencias, las cuales, no obstante, se verán reducidas en cuanto a su operación habitual debido a la emergencia por Covid-19. En primera instancia, la ruta se realizaría mediante trayectos piloto.
Quintero también confirmó que la ciudad ya cuenta con la aprobación para vuelos piloto desde Medellín a Bucaramanga, el Eje Cafetero y San Andrés.
Esto tras anunciar la semana pasada que la Alcaldía aprobó la autorización para la apertura de aeropuertos en la ciudad, lo que cobija a los principales terminales como el Enrique Olaya Herrera y el José María Córdova en Rionegro.
“Hay interés de ambas partes. Hasta donde entiendo, la alcaldesa de Bogotá ha pedido que no sea en agosto. Esperemos a ver si a principios de septiembre podemos hacerlo”, finalizó el alcalde de Medellín.
La capital de Antioquia fue una de las primeras ciudades en pedir la reapertura comercial aérea, pero esto se frenó debido al incremento progresivo en los casos de Covid-19 en Antioquia desde finales de junio a la fecha.
Por su parte, López ha manifestado que, por lo menos, hasta septiembre no se esperan pilotos ni operación aérea.
De acuerdo con las estimaciones de la Aerocivil, el aeropuerto El Dorado se reactivaría con una capacidad de vuelos comerciales cercanos al 10% de su operación regular, antes del Covid-19.
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