La rápida digitalización del sector financiero, si bien ha traído grandes beneficios a los consumidores, está imponiendo desafíos estructurales a los cimientos del sector en Colombia. Así lo advirtió Hernando Vargas, gerente técnico del Banco de la República, quien señaló que el incremento acelerado en el uso de las llamadas monedas estables o stablecoins representa un peligro latente para la estabilidad monetaria.
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El principal foco de preocupación radica en que la expansión de emisores privados de stablecoins fuera del perímetro regulatorio tradicional «puede afectar la estabilidad del sistema monetario actual», pues estas operan a través de agentes no regulados.
Vargas explicó que la confianza y estabilidad del sistema monetario actual se basan en la «singularidad del dinero», es decir, la capacidad de convertir dinero privado (como un depósito bancario) en dinero público a la par. Este esquema depende de una arquitectura regulatoria robusta y el respaldo del banco central como ancla del sistema.
Sin embargo, el crecimiento de los activos digitales ha sido exponencial: entre 2019 y 2025, la capitalización del mercado de stablecoins pasó de US$3.000 millones a más de US$280.000 millones a nivel internacional. En Colombia, estos instrumentos ya son observados en el envío de remesas, pagos transfronterizos, compras internacionales y como mecanismo de ahorro en monedas extranjeras.
El gerente técnico del BanRep enfatizó que la circulación de múltiples stablecoins con valores potencialmente fluctuantes «puede debilitar la unidad de cuenta» y reintroducir fricciones históricas, con efectos adversos sobre la confianza consolidada del sistema.
El riesgo se intensifica debido a que, al igual que los depósitos bancarios, las stablecoins son pasivos a la vista, de acuerdo con el funcionario. La diferencia crucial es que estos activos carecen del respaldo de mecanismos esenciales, como el seguro de depósitos o el acceso a la liquidez del banco central.
“Ante cualquier duda sobre la calidad de las reservas o la solvencia del emisor, los tenedores tienen incentivos para liquidar sus posiciones rápidamente, generando dinámicas que pueden contagiar al sistema financiero tradicional», dijo.
Por ello, advirtió que, de no regularse adecuadamente, esta dinámica podría no solo comprometer la estabilidad monetaria, sino también amplificar la desintermediación financiera, reducir la capacidad del sistema para proveer crédito y afectar la transmisión de la política monetaria.
Ante este panorama, Vargas señaló que la ausencia de regulación adecuada convierte la expansión de las stablecoins en un «riesgo sistémico latente que no podemos perder de vista» y solicitó que haya una respuesta regulatoria tanto en el frente de los activos digitales como en el de riesgo de liquidez de los intermediarios tradicionales.
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