El Banco de la República dejó ver en las minutas de la reunión de Junta Directiva del 31 de julio, durante la cual se decidió mantener inalterada la tasa de interés en el 9,25 %, que le sigue preocupando que el lento descenso de la inflación, pero también el persistente desajuste fiscal del Gobierno.
Sobre el primer punto, los codirectores reconocieron que la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) ha cedido a menor velocidad de lo esperado en la primera mitad de 2025. Respecto al segundo señalaron que el desbalance entre ingresos y gastos públicos crea retos importantes para el país.
Sin embargo, los miembros de la Junta Directiva también destacaron el buen desempeño de la economía colombiana en lo corrido del año, «caracterizado por una actividad económica dinámica y una reducción de la tasa de desempleo, en un contexto en el que el crédito comienza a mostrar tasas de crecimiento reales positivas».
Los que insisten en no recortar las tasas
Una mayoría de cuatro codirectores se inclinaron por mantener inalterada la tasa de interés de política en el 9,25 %, pero dos de ellos votaron por una reducción de 50 puntos básicos (pb) y el último optó por un recorte de 25 pb.
El grupo mayoritario que optó por la prudencia señaló que la reducción de la inflación anual observada en junio y las perspectivas sobre su trayectoria en los próximos meses, no crean las condiciones propicias para proceder con un recorte porque no hay seguridad en la convergencia de la inflación hacia la meta del 3 % en un horizonte prudente.
En el Informe de Política Monetaria, el equipo técnico del BanRep dejó ver qué proyecta una inflación total y básica del 4,7 % y el 4,2 % para 2025 y del 3,2 % y el 3,3 % para 2026, respectivamente.
Los codirectores que no accedieron a mover las tasas también recordaron que se vislumbran riesgos inflacionarios a corto plazo de llegarse a presentar faltantes de financiamiento del déficit fiscal o de la cuenta corriente de la balanza de pagos que presionen al alza la tasa de cambio.
De hecho, subrayaron que el mayor déficit fiscal del Gobierno Central previsto para 2025 y para 2026 genera un impulso macroeconómico que se reflejaría en mayores presiones inflacionarias y en un incremento adicional a la ya alta prima de riesgo país.
El riesgo de la política monetaria restrictiva
En contraste, los codirectores que respaldan algún recorte en las tasas insisten en que la postura «altamente restrictiva» por la que se ha optado deriva en una amplia brecha entre la tasa de interés real de política monetaria (sin inflación) del último año y medio, que es de 4,15 % está muy por encima del promedio histórico visto entre 2010 y 2023 (0,45 %) y además es la segunda más alta de la región, después de Brasil.
Sobre los desequilibrios fiscales, insistieron en que para atenderlos es prioritario garantizar el mayor crecimiento de la economía y una ley de financiamiento que permita la sostenibilidad fiscal en el mediano plazo.
En tercer lugar, cuestionaron que los cálculos que el equipo técnico utiliza para respaldar sus recomendaciones a la Junta (tasa de interés neutral, brecha del PIB y brecha de desempleo) están basados en resultados de modelos que no pueden verificarse empíricamente, por lo que calificaron como «discutibles».
También abordaron el punto de la inflación, pero con una lectura diferente. Para estos codirectores las expectativas del mercado para el cierre de 2025 vienen disminuyendo, es así que el equipo técnico de la Dirección General de Política Macroeconómica del Ministerio de Hacienda proyecta en su última actualización de supuestos macroeconómicos que la inflación se sitúe en el 4,5 % al cierre de 2025, pues se espera que este indicador mantenga su senda decreciente durante el resto del año.
Finalmente, insistieron en que tasas de interés reales altas, como las que actualmente se observan en Colombia, afectan las posibilidades de crecimiento económico y, en particular, el dinamismo del sector manufacturero.
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