En el marco de 13° Congreso Anual de Energía de la Asociación de Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (Acolgen), se expuso el rol de las nuevas tecnologías en el desarrollo sostenible de la economía como el hidrógeno y las baterías.
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Los fondos de recuperación de los gobiernos pueden ayudar a apalancar las inversiones de transformación energética, lo que debe ser usado estratégicamente para guiar las decisiones de inversión hacia las prioridades de la transición energética, manifestó Francesco La Camera, director general de Irena.
Este nivel de inversión es lograble, especialmente, en el camino de las renovables, ya que hoy en día son una opción para la nueva capacidad de generación en todas partes del mundo.
Según La Camera, “estamos hablando desde la escala de la electricidad y también desde la parte del gasto. Nuestro reporte muestra que la participación de la energía renovable en el corto plazo es alta”.
Para el director general de Irena, el 62 % de la generación de energía representa un costo más bajo que la opción más económica de combustibles fósiles. Los nuevos proyectos solares y eólicos están siendo muy competitivos. El más reciente reporte de capacidad de Irena mostró 160 mw de energía renovables que fueron agregados en 2020.
Es decir, que se excedió el récord que se había presentado anteriormente.
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Valde decir que más del 50 % de la electricidad generada el año pasado fue renovable, de acuerdo con La Camera. Al respecto, América Latina tiene abundancia en la energía hidroeléctrica, solar y eólica, esta última la que más está liderando el proceso.
Entre tanto, el ejecutivo de Irena resaltó que el 12 % de la capacidad de la región generó alrededor de 55 gigavatios en todo 2020. Por su parte, Colombia es el país de la región que está liderando el despliegue de las renovables con cerca de 3.000 mw de proyectos energía solar y eólica. Y se fortaleció gracias a la más reciente subasta.
Irana, en 2018, trabajó con la autoridad de planeación energética de Colombia en un estudio para integrar diferentes fuentes renovables al sistema de energía. De allí se conoció que el país tiene un rol y liderazgo de altamente reconocido por un grupo de compañías inversionistas que apoyan las inversiones renovables en todo el mundo.
El año pasado, se identificó que Colombia está en el top cinco de los mercados emergentes más promisorios para la inversión en renovables. “Colombia y el mundo del sector energético están en el camino correcto, pero si queremos estar en el camino para reducir 1,5 grados centígrados tenemos que transformar el sector energético y descarbonizarlo, así como a la industria del transporte”, apuntó Francesco La Camera director general de Irena.
De acuerdo con el experto, hoy hay una oportunidad única para acelerar la transformación. “En Irana nos queda claro que las medias de recuperación y cualquier otro esfuerzo, deben estar en línea con el objetivo a mediano y largo plazo del desarrollo de sostenible de los esfuerzos para atacar el cambio climático”. Lo que a la larga alcanzaría una transición con resultados inmediatos.
Para lograr las metas, se estima una inversión de alrededor de US$6 trillones, de manera que en 2023 se duplicará a partir de las inversiones actuales en transformación energética. Se espera que esto vaya a crear 5,5 millones de empleos adicionales, pues cada millón de dólares invertido representará un aproximado de entre 25 y 30 nuevos empleos en el sector de renovables e infraestructura.
“Todo eso se va a materializar si hay buenas políticas para jalonar esa transformación. Esto no es un reemplazo total, pero sí la creación de un sistema nuevo”, manifestó La Camera.
De acuerdo con el líder de Irena, las políticas que apoyan las renovables son clave para la transformación energética y lograr un cambio en el sistema. Así como los marcos que ayuden en la eficiencia de la infraestructura para lograr un despliegue de renovables.
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Al mismo tiempo, se requieren políticas laborales para crear una mejor fuerza laboral del futuro, así como la protección social para los trabajadores y el desarrollo de nuevas carreras.
“No es suficiente contar con el proyecto de esta índole, los países tienen que adoptar estas estrategias y tienen que asegurarse que las personas en las comunidades puedan participar en esto y que las economías sean más incluyentes y resilientes”, manifestó Francesco La Camera, director general de Irena.
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