La decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de recortar la tasa de interés en 25 puntos básicos (pb) generó optimismo en los mercados emergentes frente a la posibilidad de que los bancos centrales repliquen esta decisión. Sin embargo, Bibiana Taboada, codirectora del Banco de la República, advirtió que esto no se debe dar por sentado en el caso colombiano.
En entrevista con Bloomberg Línea, la directiva señaló que la posibilidad de relajar la política monetaria local y reducir la tasa de interés, hoy en 9,25 %, “no depende de un solo factor externo”, pues están en juego múltiples elementos.
Taboada explicó que el Banco de la República no puede replicar automáticamente la medida de la Reserva Federal, sino que debe observar el comportamiento de la inflación y la economía a nivel local. “La decisión de tasas de la FED es un factor importante, pero es solo uno dentro de muchos otros que tenemos en cuenta”, dijo.
Recientemente, el gerente del emisor, Leonardo Villar, señaló que la inflación ha permanecido casi estable alrededor del 5 % a lo largo de 2025 y no ha logrado ubicarse cerca de la meta del 3 %, a pesar de que unos meses atrás las expectativas eran más optimistas, esto ha impedido flexibilizar la política monetaria.
La codirectora señaló que el panorama local está marcado por una inflación persistente que caerá lentamente el próximo año, un gasto público expansivo y la indexación de precios a la inflación pasada y al salario mínimo.
A estos factores se suma un interés del Gobierno por lograr un incremento del salario mínimo superior al 10 % para 2026, una cifra que superaría la compensación por inflación y productividad. Al respecto, Taboada advirtió que esta medida tendría un costo para la economía: “Tenemos que ser conscientes de que, como dicen los gringos, no hay almuerzo gratis; el costo es más inflación y por consiguiente tasas de interés más altas”.
La economista se refirió al hecho de que las expectativas de inflación se han vuelto muy persistentes, en parte porque los agentes económicos ya incorporan en sus previsiones mayores incrementos al salario mínimo, lo que también implica menos recortes a la tasa de interés.
Aunque Taboada cree que mientras la inflación continúe su convergencia hacia la meta del 3 % “de manera muy gradual y cautelosa, podría haber espacio para que las tasas también caigan”, reconoce que el balance de riesgos está sesgado al alza nuevas presiones locales y choques internacionales.
Además, tal como ha manifestado la Junta en las minutas de las últimas sesiones, el deterioro de las finanzas públicas se ha convertido en un factor central y creciente en las decisiones de política monetaria. “Esto implica que la política monetaria tiene que ser más restrictiva de lo que sería en ausencia de esa política fiscal expansiva”, indicó.
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