El pasado viernes 27 de junio, la Junta Directiva del Banco de la República decidió por mayoría mantener inalteradas las tasas de interés en 9,25 %, argumentando una reducción en el ritmo de descenso de la inflación, así como de las expectativas alrededor de este indicador, sumado a un déficit fiscal más alto de lo previsto y elevadas tensiones geopolíticas mundiales.
Sin embargo, las minutas publicadas este jueves por el banco central dejan ver que solo cuatro de los siete codirectores respaldaron esta posición, mientras que los tres restantes, al igual que en el pasado, se inclinaron por continuar el ciclo de recortes en la tasa de política monetaria.
El grupo de los directores que el mercado ha calificado como conservadores o cautos, y del cual se especula harían parte el gerente, Leonardo Villar, y los miembros más antiguos, insistió en la necesidad de reforzar la cautela y esperar condiciones más propicias para proseguir con los recortes a la tasa de interés.
Las minutas relatan que los mencionados subrayaron que la ampliación del desequilibrio fiscal, por cuenta del ajuste que hizo el Ministerio de Hacienda a las metas del Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP), incrementa las tasas de los bonos de deuda pública para Colombia.
“Esto, añadido a la reducción en la calificación crediticia de la deuda soberana por parte de Moody´s y S&P Global, implica un incremento de la tasa de interés real neutral y limita de manera sustancial el espacio de la política monetaria para disminuir su tasa de interés”, dijeron.
En contraste, dos codirectores votaron por una reducción de 50 puntos básicos en la tasa de interés que permitiera llegar a un 8,75 %. En el pasado, los analistas han advertido que este grupo estaría liderado por el ministro de Hacienda, Germán Ávila, quien abiertamente dijo en la rueda de prensa que no compartía la decisión y que hubiera preferido una reducción.
Las minutas dan cuenta de que estos directores sostuvieron que existen y siguen consolidándose una serie de variables macroeconómicas en el país que permiten adoptar una política monetaria menos contractiva.
Particularmente, mencionaron la reducción de la inflación, el desempleo, las tasas del sistema bancario y el ritmo de crecimiento económico, que podría ser mayor con las condiciones adecuadas. También argumentaron que las dificultades de las finanzas públicas ameritan un impulso al crecimiento económico que contribuya a superarlas, “lo cual guarda estrecha relación con la reducción de la tasa de interés”.
De hecho, señalaron que una tasa de política monetaria elevada en términos reales agrava el problema de la deuda pública al trasladarse a los costos con los que el Gobierno debe financiarse.
Finalmente, un solo codirector votó por un recorte de 25 pb, que atribuyó a la dificultad de hacer análisis y pronósticos en medio del elevado ambiente de incertidumbre que rodea la economía mundial y la colombiana. Luego indicó que, aunque la actividad económica viene mostrando una tendencia suave de recuperación, el crecimiento observado es frágil y heterogéneo.